PLAYING THE ANGEL

Hoy es un gran día porque voy a ver en vivo a DEPECHE MODE, recuerdo hace la tira de anos en Badajoz, of course, que mi compi de aquel entonces, Chano, y aquí el que suscribe, estábamos rebuscando en la maleta de una guiri que vino a mi casa de intercambio con mi hermana (creo que lo de UK al final va a ser que no es casual), encontramos una cassete (ala!!) que decía "Depeche Mode. Black Celebration", cosa que en mi limitado inglés, sonaba como muy oscuro e intrigante "Celebración Negra", pulsa "play"dijo Chano: los siguientes segundos me marcaron como creo que nada antes ni después (amén del grunge y mis Pearl Jam), un sonido tecno, de sintetizadores (entonces hubiera dicho "raro"), romántico, elegante, oscuro, melancólico, mientras Dave Gahan decía "Let's have a black celebration toooonighhhhhh"; creo que Chano y yo, sentimos lo mismo, era una experiencia nueva y nos marcó en todo, vivimos nuestro primer momento fan.

De ahí, comenzamos a acaparar todo: los discos antiguos, los recopilatorios, los vídeos, las rarezas...sus nombres, Alan, Dave, Martin, Andrew se mencionaban con familiaridad (como aquel que los veía a diario)

Recuerdo una camiseta negra que compré, con el logo de VIOLATOR, un amigo me la vió y casi me hizo sentir un macarra!! (qué tiempos de los Maristas, que inocencia)
Ya los habíamos idealizado con el 101 (quién se quedaría mi disco doble con esas fotos de Anton Corbin!!), cuando se anunció el lanzamiento de su nuevo disco, el ya mencionado VIOLATOR,
estábamos eufóricos -a esas alturas la pandilla era un club de fans-, se acababa mirar al pasado, a los viejos discos y vídeos, DM, volvían y de qué forma: Personal Jesus, World in my Eyes,
Enyoy the Silence; ése vídeo del rey, esos montajes en B/N, eran los reyes de la imagen.


Luego vino el aburrimiento, el hastío, los defectuosos albumes posteriores, la masa de seguidores que imitaban todo de DM, llegué a odiarlos: perdí los discos, las fotos, y su lugar fué ocupado por un grupete de Seattle, que llevaban shorts y botas, perillas y pelo largo y tocaban guitarras desenfrenadas. De la imagen cool y cuidada de Martin Gore, sus letras herederas de un Byron moderno pasé a adorar a los grunchies desmelenados con letras sociales y dramas del siglo XX.
Pero eso es otra historia, hoy me encuentro con los reyes del techno-pop y les debo una disculpa, ellos también son COOL.